La salud mental del estudiante de enfermería en
el área neonatal y UCIN: un pilar para el cuidado humanizado
Estudiar enfermería no solo se trata de aprender
procedimientos médicos, sino también de estar preparado emocionalmente para
situaciones difíciles. Esto es especialmente importante cuando uno siente
vocación por el área neonatal o la Unidad de Cuidados Intensivos Neonatales
(UCIN), donde se atiende a bebés muy pequeños y delicados que muchas veces
están luchando por su vida. Como estudiantes, esto puede afectarnos mucho
emocionalmente, sobre todo si no sabemos cómo manejar lo que sentimos.
Desde que empezamos a tener contacto con este tipo de
pacientes, sentimos cosas muy fuertes: miedo, tristeza, preocupación, y también
una gran motivación por ayudar. Por eso, es muy importante hablar sobre la
salud mental de los estudiantes de enfermería, porque estar bien por dentro nos
ayuda a cuidar mejor de los demás, especialmente de los recién nacidos que
necesitan atención muy delicada y humana.
Cuando un estudiante entra por primera vez a un ambiente
como UCIN o una sala de neonatología, puede sentirse inseguro o incluso
asustado. Ver a un bebé tan pequeño con sondas, respiradores y otros equipos
médicos puede ser impactante. Además, uno se preocupa por hacer bien las cosas,
por no equivocarse, y también por cómo reaccionar ante los padres del bebé, que
muchas veces están muy angustiados.
Todo eso puede generar mucho estrés. Muchas veces, los
estudiantes sienten que no pueden hablar de lo que están sintiendo por miedo a
que piensen que no son lo suficientemente fuertes o que no están preparados.
Sin embargo, reconocer lo que sentimos y hablarlo con alguien de confianza es
muy importante. Guardarse las emociones puede hacer que con el tiempo uno se
sienta agotado, triste o incluso pierda el entusiasmo por la carrera.
Por eso, es clave que las universidades o institutos nos
enseñen no solo a poner inyecciones o tomar signos vitales, sino también a
manejar nuestras emociones. Podrían hacer talleres, charlas o espacios donde
podamos compartir nuestras experiencias, expresar cómo nos sentimos y aprender
técnicas para relajarnos y cuidarnos emocionalmente.
En lo personal, me siento muy conectada con el área
neonatal. Ver a los bebés tan pequeñitos me conmueve y me motiva a seguir
estudiando para poder ayudarlos mejor. Pero también he sentido tristeza al ver
a los padres preocupados o cuando un bebé está muy mal. Todo eso me hace pensar
que si no cuido mi salud mental desde ahora, más adelante me podría afectar.
Por eso, trato de apoyarme en mis compañeros, hablar cuando me siento abrumada,
y también darme tiempo para descansar y hacer cosas que me relajen.
La salud mental no es solo para los pacientes. También
nosotros, como estudiantes de enfermería, necesitamos estar bien por dentro
para poder cuidar con empatía y calidad. Es importante recordar que pedir ayuda
no es signo de debilidad, sino de responsabilidad con uno mismo y con los
demás.
Trabajar con recién nacidos es una experiencia hermosa, pero
también muy intensa. Los estudiantes de enfermería que se preparan para esta
área necesitan estar emocionalmente fuertes para poder brindar un cuidado que
no solo sea profesional, sino también humano. Por eso, cuidar nuestra salud
mental es una parte fundamental de la formación.
Es necesario que aprendamos desde ahora a identificar cómo
nos sentimos, a hablar de nuestras emociones y a buscar apoyo cuando lo
necesitemos. Las universidades también deberían incluir estos temas como parte
de nuestra educación. Solo así podremos convertirnos en enfermeros y enfermeras
capaces de enfrentar las situaciones difíciles sin perder nuestra sensibilidad
ni nuestro amor por esta carrera tan importante.
valeria alexandra mostacero oliva
Comentarios
Publicar un comentario